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"ARTE SOY ENTRE LAS ARTES. Y EN LOS MONTES, MONTE SOY"
JOSE MARTI.

jueves, 25 de febrero de 2010

SIENTO ODIO, Sí. - ARTICULO -

Por: Iliana Curra

Siento odio, sí. Siento odio y rabia cuando veo que crímenes como el que acaban de cometer en Cuba quedan impunes ante las familias, el pueblo y el exilio cubano en general.

Siendo odio cuando veo la estúpida sonrisa de un llamado presidente democrático, como Luis Ignacio “Lula” Da Silva, ante uno de sus amos políticos, el asesino Raúl Castro, cuando éste justifica el crimen de un patriota como Orlando Zapata Tamayo.

Siento mucho, pero mucho odio, cuando veo a los gobiernos latinoamericanos rendir pleitesías al régimen castrista, interceder por él para integrarlo a la Organización de Estados Americanos (OEA) y pedir que Estados Unidos levante sus sanciones económicas a costa de nada.

Tengo odio cuando veo que en la Unión Europea, países llamados civilizados y libres intentan siempre el acercamiento, más allá de que la dictadura fusile, torture, patee o deje morir a un hombre en una prolongada huelga de hambre. Para ellos es más importante invertir para lucrar con el sudor y el dolor del pueblo cubano, ese mismo pueblo que utilizan como mano de obra barata en una esclavitud moderna del siglo XXI.

Y, ¿quién dice que no puedo sentir odio? ¿Por qué no puedo odiar a aquellos que permiten que en mi país se torture, se maltrate, se violen los derechos humanos y se mutile la vida de un joven porque simplemente quiere ser libre?

Claro que puedo sentir odio. Tengo todo el derecho del mundo a odiar a esos zarrapastrosos que viven en mi patria haciendo mal, chivateando, prestándose para integrar turbas de corte fascistas y haciéndoles la vida imposible a todos aquellos que no aceptan ser esclavos jamás.

Vamos, ahora salen los que más sienten por las especies marinas, las ballenas y los pájaros a chillar porque pudieran estar en extinción, y no dejo de creer que deben cuidarse, pero la vida de un cubano, de un ser humano, debe cuidarse mucho más y permiten que se les lastime sin piedad. Que una madre tenga que llorar la pérdida de su hijo que dejaron morir para presentarlo como escarmiento.

Que ni siquiera permitieron fueran con él hasta su última morada porque a la gran mayoría de los opositores los reprimieron, encarcelaron y cerraron sus pasos para que no estuvieran presentes en el velorio ni entierro de Orlando Zapata Tamayo.

¡Y todavía no puedo sentir odio! No es fácil ver al país más libre y democrático del mundo haciendo todos los esfuerzos por acercarse al régimen con el cuento del contacto de pueblo a pueblo, fórmula ya probada sin logro alguno.

La complacencia con la tiranía de los hermanos Castro es ya bochornosa, asqueante y realmente patética.

Desde hace mucho tiempo están muriendo prisioneros políticos en las cárceles castristas y el mundo se ha mantenido indiferente, apático y cómplice a la vez. El desgaste del pueblo en medio siglo de dictadura se nota en sus rostros envejecidos prematuramente, desencantados y frustrados como seres humanos donde la dignidad ha tenido que esconderse en los bolsillos de los pantalones de muchos hombres, a excepción de aquellos que, como dijera Martí. “llevan en sí el decoro de muchos hombres”. La mayoría camina como carneros al matadero sin valor a rebelarse.

Es por eso que tengo que sentir odio, rabia y dolor. Mi patria, mi nación, mi país, Cuba, se ha hundido en la miseria humana más grande de su historia, siempre gracias a la complicidad internacional y la cobardía de muchos.

Pero cuando Cuba sea libre, cuando la dignidad general se levante más allá del miedo y el terror inducido, y para los crímenes haya justicia plena, convencida estoy que ese odio desaparecerá.

Ahora, no. Ahora no me pidan que no sienta odio.

- ART'ICULO -

“…Fértil muerte la de ese hombre que no conocí”
-De mi poema a Pedro Luís Boitel y por el crimen de Orlando Zapata Tamayo-

Por: Manuel Pozo
Ex preso político cubano

Llegué ayer de Miami. En todos los días que estuve allá la noticia expectativa era la suerte que corría la vida de Orlando Zapata Tamayo. El día 13 de febrero arribó mi hermano Tony desde La Habana y también me habló de Orlando, de cómo el pueblo siguió el acontecimiento criminal. Y hoy en la tarde (2/23/10) mi madre me llamó desde Miami por la novedad.

“Fértil muerte la de ese hombre que no conocí…” Escribí hace mucho tiempo en homenaje a Pedro Luís Boitel. A su hazaña de héroe solitario. Y hoy lo transmito al cubano recién, muy recién asesinado, abandonado en su decrepitud. A la más reciente víctima de las mazmorras y la tiranía vil de los Castros.

Estoy herido de rabia. Hoy mataría. Hoy no quiero poesía ni perdones. Hoy no creo en los derechos de aquellos humanos.

Hoy no quiero seguir escribiendo porque se murió un héroe de la patria, un hermano del presidio político y de la libertad de Cuba.

Hoy estoy con la madre de Orlando, con su familia. En ese fuerte y enérgico dolor que deben estar sintiendo.

Hoy de pronto, con la muerte de Orlando, reviven todos nuestros muertos. Hoy soy más cubano y más enemigo que nunca de los malos de mi tierra. Del dictador por su nombre: Fidel Castro. De los villanos y sicarios por su nombre: castristas, comunistas, cederistas, brigadistas de respuesta rápida y chivatos.

Y créanme…los desaparecería si estuviera en mis manos. Hoy ando con rabia.
Por y para Orlando Zapata Tamayo, en su titánica guerra por la libertad y la patria.

martes, 23 de febrero de 2010

DIRECCION DE LA CASA DE REINA TAMAYO DANGER:

CARRETERA EMBARCADERO CASA # 6, REPARTO MARIANA GRAJALES, BANES. PROVINCIA DE HOLGUIN.
TELEFONO: 011-53-5-239-5169.

ACABA DE MORIR ORLANDO ZAPATA TAMAYO.

YA NO IMPORTA QUE EL MUNDO INDIFERENTE SE INTERESE POR SU CASO. NO IMPORTA QUE EL PRESIDENTE LUIS IGNACIO LULA DA SILVA INTERCEDA POR SU VIDA. NO IMPORTA QUE LOS PAISES LIBRES Y DEMOCRATICOS QUISIERAN CONOCER SOBRE SU ESTADO CRITICO. HA MUERTO. LO HAN DEJADO MORIR COMO SUCEDIO CON PEDRO LUIS BOITEL HACE MUCHO TIEMPO. LA APATIA, LA INDIFERENCIA, LA IGNORANCIA Y LA COMPLICIDAD SE JUNTARON PARA QUE MURIERA ESTE JOVEN NACIDO DENTRO DE ESE REGIMEN OPROBIOSO.
EN PAZ DESCANSE, HERMANO.
NOSOTROS NO, NOSOTROS SEGUIREMOS LUCHANDO PARA QUE LOS INDIFERENTES, LOS IGNORANTES Y LOS COMPLICES SEPAN QUE SON CULPABLES AL IGUAL QUE EL REGIMEN CASTRISTA.

lunes, 22 de febrero de 2010

EN ESTADO DE COMA EL PRISIONERO POLITICO, ORLANDO ZAPATA TAMAYO

Orlando Zapata Tamayo (a la izquierda con camisa a rayas) hace la "V" de la victoria. Hoy agoniza y enfrenta su mayor reto en esta larga lucha contra la dictadura castrista: a la muerte. La muerte que no perdona a aquellos que no le tienen miedo. Hoy este joven cubano casi muere frente a la mirada indiferente de algunos paises de la Union Europea, la casi totalidad de los paises latinoamericanos que hoy siguen como en comparsas baratas al populismo de los Castro y su siervo mayor, Hugo Chavez. Los cubanos andamos casi solos en esta lucha por la libertad de una isla secuestrada por un grupo de fascinerosos que hablaron de Dios con sus crucifijos colgados en el pecho, pero llegaron abrazados al Diablo. Dios no permita que muera Orlando Zapata Tamayo. Dios tampoco permita que muera Cuba.
Reina Luisa Tamayo Danger, madre del prisionero politico, Orlando Zapata Tamayo, nunca ha dejado de denunciar con valentia y coraje la situacion por la que su hijo esta pasando en las prisiones castristas, donde dicen defender los derechos humanos y la dignidad del hombre. Sin dignidad viven realmente todos aquellos que permiten que esto siga sucediendo. La muerte de Pedro Luis Boitel y otros tantos cubanos que han muerto en espantosas huelgas de hambre son responsabilidad de una dictadura militar de medio siglo y de la indiferencia y la complicidad internacional.

CARTA ABIERTA A MARIA ELVIRA SALAZAR. POR: MARIA LUISA MORALES

22 de Febrero del 2010

Carta abierta a María Elvira Salazar
Por María Luisa Morales
Periodista y Locutora Cubana
Exiliada

Me refiero al programa donde presentaste a Uberto Mario, ex-agente (?) de la Seguridad del Estado Cubana y a Miguel Saavedra, Presidente de la Organización anti-castrista Vigilia Mambisa.

Terminaste el segmento con las manitas cruzadas sobre el pecho, pidiendo perdón a los hermanos latinoamericanos por el bochornoso espectáculo protagonizado por dos cubanos, que casi se van a las manos por tener diferentes estrategias para lograr la libertad de Cuba.

Aún tratándose de agresividad, suena bonito y hasta edificante. Lo cierto es que equivocaste los destinatarios de tu mística petición. Perdón tenías que haberle pedido a la comunidad cubana en el exilio, a los cubanos de la Isla y a los hermanos venezolanos que asiduamente visitan tu plató para denunciar su tragedia.

A la comunidad cubana anti-castrista, por faltarle al respeto a los que como yo, formamos parte de lo que algunos llaman despectivamente “el coro”, personas dignas que llevamos a Cuba en el corazón y hacemos lo poco que nos es permitido en esta ciudad para demostrar nuestra repulsa a todo lo que beneficie al tirano, sin dañar a nadie y haciendo uso de nuestro derecho a la libre expresión.

A los cubanos de la Isla, por enfrentar la intransigencia honesta con la asquerosa ignominia. Porque no se trató de un debate ideológico, la ideología cubana es, exclusivamente, el terror impuesto por los Castro y por ende, referirse a Cuba como un país normal, es una falacia

Cuántas familias cubanas sufren aún por las delaciones de un chivato que perseguía a los médicos que querían saltar a la libertad, aprovechando su estancia en Venezuela? Profesionales que, en Cuba, tienen que esperar cinco (5) largos años para poder solicitar un permiso de salida del país donde nacieron. Permiso que les es negado en muchas ocasiones, aún después de haber cumplido con ese requisito cruel impuesto por Fidel Castro.
Lo mismo hacía este impresentable con los deportistas. A cuántos privó de la oportunidad de realizar sus sueños de libertad profesional? A cuántos habrán sancionados por sus “informes” al alto mando del baseball cubano liderado por el Antonio Castro, vástago de la bestia?

A los hermanos venezolanos, por brindarle espacio en tu set a quien con regodeo, disfrute y total desfachatez, narra las atrocidades cometidas con sus cómplices chavistas, sus “recholatas” de alcohol y comilatas; los burdos trapicheos con las boletas que le dieron la victoria a Chávez en las elecciones; la creación de centros de adoctrinamiento castristas, en plena vigencia en las ciudades y pueblos de Venezuela. Te exhorto a que pases los videos de los programas donde todo lo que narro se corrobora y donde se aprecia, también, en sus rostros, el aborrecimiento de los panelistas venezolanos ante tu invitado estrella.

El Contrincante Saavedra, que bien pudiera ser un García, un Rodríguez o un Pérez, y “su coro”, jamás han agredido físicamente a alguien y todas sus protestas han tenido el permiso exigido por las autoridades correspondientes. Sus detractores esgrimen siempre el mismo argumento: El daño de la imagen del exilio ante la Comunidad Internacional y el que se les compare con las turbas castristas. De verdad, y como dicen los gaitos, hay que tener mala leche.

Pregunto: A qué Comunidad Internacional se refieren? A la invidente, a la muda, a la sorda ante los crímenes horribles del régimen de La Habana por más de medio siglo? A la que no se inmuta ante las constantes denuncias de las violaciones de los derechos humanos en Cuba, ni ante mujeres indefensas arrastradas por las calles por pedir libertad para sus hombres, presos injustamente y muriendo en celdas inmundas? A la que no protesta ante la UNICEF porque los niños cubanos nazcan y crezcan con una talla menor a la media de sus edades por la desnutrición que padecen ellos y sus madres? A la que no se espanta al saber que 12 millones de cubanos viven desde hace más de 51 años bajo el tormento de un miedo que paraliza su desempeño humano, en pleno siglo XXI? La que no se hala de los pelos al saber que tener Internet y antenas de TV son figuras delictivas en Cuba? Esa Comunidad Internacional no merece para mi respeto alguno, al contrario, mi mayor desprecio.

Por otra parte, comparar la destrucción de discos de música, propios, y gritar nuestro desacuerdo con la presencia de artistas que apoyan al régimen que destruyó mi país, con las brigadas de respuesta rápida que golpean a hombres y mujeres indefensos, rompen con cabillas los huesos y las cabezas de aquéllos que se “atreven” a tirar flores al mar en memoria de los inocentes, incluyendo bebitos, hundidos por buscar libertad, es una canallada.

Definitivamente, equivocaste el destinatario, María Elvira, son otros los dolientes. Como se equivocó también, con tu anuencia, el señor Carlos Alberto Montaner, al convalidar el “patriotismo” de Uberto Mario y sus cualidades como mesero, a modo de un muy mal chiste. Comparar a quien se jacta e identifica frívolamente como perteneciente a la generación de los Van Van y de los Beatles, a quién “amenaza” con asistir a cuanta representación artística de la Cuba esclava se presente en Miami, en estos momentos aciagos que vive la Patria, a quien agrede e insulta a un hombre humilde y sano que ha dedicado su vida entera a luchar por Cuba con los medios a su alcance, es una bajeza inmunda que deja mucho que desear de un intelectual de altura, devenido consejero espiritual con estampa de sacerdote romano mediador en causas irreconciliables.

En cuanto al “íntegro” empresario Felipe Valls, una desagradable anécdota personal. Protestaba yo contra el concierto de Juanes en La Habana, parada en la acera de la farmacia Luis, frente a los piqueteros traídos en ómnibus y “depositados” en el parqueo del restaurante Versailles. Nos proferían todos los insultos que no publican los órganos de prensa ni los presentadores de radio y televisión, detractores de Saavedra.

En un momento dado, se acerca al grupo el Sr, Valls, acompañado de tres agentes de policía de la Ciudad de Miami y, no sé si por ser la de mayor estatura o las más gritona, se dirige a mi para exigir que nos marcháramos. Le respondí que no, que estábamos situados en espacio libre, que sacara a los intrusos del parqueo de su negocio. El dialogo subió de tono de voz, en ningún momento hubo agresividad pero, aún así, uno de los agentes amenazó con llevarme presa. Le pregunté el por qué y le presente mis manos juntas, listas para las esposas. La airada protesta de “mis compañeros de lucha”, alejo al empresario y sus acólitos. Para nada molestó a los que impedían el acceso a su restaurante, centro de trabajo del íntimo de los de La Guardia, antiguos asiduos del lugar, y del General Arnaldo Ochoa, Héroe de la República de Cuba. Fusilado en 1989.

viernes, 19 de febrero de 2010

A CESAR LO QUE ES DE CESAR....

A veces una imagen vale cien veces mas que una denuncia hablada. Orlando Zapata Tamayo muere en un hospital carcelario y al mundo le importa un bledo. Este joven, Cesar Alexander Cozar Rivera protesta desnudo en Madrid frente a la sede de la Union Europea, amordazado y encadenado, y la noticia da la vuelta a ese mismo mundo indiferente al dolor del pueblo cubano. Vale la pena hacerlo? Particularmente creo que si. La misma causa lo justifica. Al menos es lo que opino yo. Gracias, Cesar.


jueves, 18 de febrero de 2010

CARTA ABIERTA A NADINE GORDIMER. POR: ZOE VALDES.


2010 Febrero 18

NADINE GORDIMER, QUÉ VERGÜENZA ME DAN SUS PALABRAS.

La escritora sudafricana Nadine Gordimer ha pedido, desde la Feria del Libro de La Habana, la libertad para los Cinco Espías Castristas encarcelados en Estados Unidos, quienes fueron hechos prisioneros por espiar, por cierto, sin la previa autorización que concede el gobierno norteamericano a cualquier espía del mundo que demande el permiso de ejercer como espía. Sin embargo, cuando a Nadine Gordimer le preguntaron si había recibido la carta de las Damas de Blanco, las mujeres familiares de los presos políticos cubanos, la escritora añadió que esa carta no le había llegado, y que dudaba de que pudiera llegarle a esas alturas. Se puede leer en El Nuevo Herald.

Yo leí a Nadine Gordimer hace mucho tiempo, confieso que uno de sus libros me agradó, aunque no recuerdo el nombre. Intenté seguirla, por la cosa del Nobel, pero no pude. A mí, esa literatura lloricona de blanquita con cargo de consciencia no la soporto. En primer lugar porque yo creo que cuando se es sudafricano, ya hay una mezcla interior muy fuerte dentro de uno, que a través de la cultura, lo eleva a uno por encima del color de la piel. Yo me alimento, camino, bailo, escribo, como cubana, que es ese mestizaje de negro, blanco, chino (en mi caso), y demás, y todo lo que se junte. Yo soy mestiza. Nadine Gordimer no se siente mestiza, a juzgar por su literatura, tant pis pour elle! Tanto peor para ella.

Entonces, necesito mandarle un mensaje a esta camarada de la literatura:
Camarada Nadine Gordimer, camarada, no mía, de los Castro y comparsa, sepa que sus palabras me provocan una profunda vergüenza. ¿Cómo puede una escritora de su talla, laureada con el Premio Nobel de Literatura, pensar en los espías terroristas castristas, que ponían en peligro la democracia norteamericana, y para colmo pedir la libertad para ellos, y de contra olvidarse de los demócratas cubanos, a quienes se les ha privado de lo más preciado, su libertad –como mismo le ocurrió a Nelson Mandela-, y quienes han sido condenados a penas entre 20 y 28 años de prisión? ¿Cómo puede usted dar la espalda al pueblo cubano? ¿No se ha percatado usted del criminal Apartheid que sufren los cubanos?

Señora, si usted da la espalda a los cubanos e ignora su sufrimiento, el mismo, o peor, del que pasaron los sudafricanos, déjeme declararle que a mí, su actitud me provoca una honda herida –a la que usted le hará el caso del perro-, y el desgarramiento proviene de que yo conservo una especie de ideal de lo que para mí debe ser un verdadero escritor: Alguien que ama las palabras al punto de hacer de ellas su principal motivo de vida, pero las palabras libres, las palabras que no deban ser censuradas, vejadas, maltratadas, palabras de hombres libres, y no sobornados hasta perder la vida. Como ha acontecido a varios de los poetas y periodistas que desde la Primavera Negra del 2003 se hallan en las cárceles castristas, por el mero hecho de pensar diferente, de reafirmar, a través su escritura y de su pensamiento, su desacuerdo con el régimen castrista, el que lleva ya 51 años en el poder aplastando los sueños de los cubanos.

Escribir y vivir, señora Gordimer, en libertad, era lo que ellos exigían y exigen, como hace usted cada día, como hago yo. Sólo que yo, al igual que un grupo de escritores cubanos, hemos tenido que exilarnos para poder vivir y escribir.

Mientras usted hacía esas declaraciones en mi ciudad natal, La Habana, un hombre agonizaba en su celda, Orlando Zapata Tamayo. Su madre, Reina Tamayo, pedía con lágrimas en los ojos una movilización mundial para liberarlo de su condena: 25 años de cárcel. Orlando Zapata Tamayo lleva 77 días en huelga de hambre, es un hombre de paz, perteneciente al Proyecto Varela, uno de los variados proyectos que han circulado en Cuba en los últimos años, de manera clandestina, con el objetivo de liberar a Cuba de los que la oprimen.

Usted, señora Gordimer, ha preferido colocarse del lado de los opresores. ¡Cuánto lo siento! ¡Cuánto lo siento por usted, por sus libros, por su literatura, por su vida! Solamente le deseo una cosa, que sienta deseos usted de arrepentirse, ese día volverá a ganarse el derecho a ser una laureada con el premio más importante de literatura, volverá a ganarse el derecho a ser escritora, volverá a ganarse el derecho a ser sudafricana, y sobre todo, volverá usted a ser, lo que somos todos, seres humanos con derechos. Derechos que, usted, con sus palabras, ha pisoteado.

Me despido de usted, y de sus libros,

Zoé Valdés.

Nota: Autorizo la reproducción de esta carta a cualquier medio de prensa.

martes, 9 de febrero de 2010

ORLANDO ZAPATA TAMAYO (TOMADO DEL DIARIO LAS AMÉRICAS)

Por Rogelia Castellón

Sueños y libertad son derechos adquiridos al nacer. En ese momento de recibir el primer aliento de la vida, somos libres para soñar, para mirar hacia el camino del hombre con palabras, para vivir. Yo como cualquiera de los luchadores por la libertad, hace tiempo tengo un sueño, el de volver a mi tierra y al pasado que la hizo grande y poseída por todos sus hijos.

En mi país la pena de haber perdido derechos, familias y vidas, nos ha llevado por caminos distintos hasta convertirnos en dos clases de cubanos. Unos soñamos con volver otros con partir. A veces, nos detenemos en un punto capaz de recibirnos y de darnos nuevas ilusiones. Cuando los hombres y mujeres de estos grupos llegamos al mismo punto, nos miramos, los ojos se encuentran y las palabras tiemblan. ¿En dónde está la verdad? Somos dos mundos ayer y hoy. ¿Volverán a encontrarse nuestras manos? ¿Pueden dejar de ser miedo aquel recuerdo de ayer y la verdad de hoy gobernando la vida del cubano actual sin resignación para continuar la vida de esclavo?

El dolor en la vida de las madres cubanas no se alivia. Cuando escuchamos ese grito que rompe corazones de la mujer cuyo hijo muere en las manos de los esbirros del tirano no podemos detener nuestras lágrimas, nos penetra la misma pena y comprendemos que aún estamos en medio de la tormenta roja llegada a Cuba con el castrismo. Comprendemos la verdad, todavía el cubano lleva cadenas.

Ayer escuché por la radio del exilio la voz de una mujer desesperada. Era el reclamo de una mujer cubana, la señora Reina Rosa Tamayo madre de Orlando Zapata Tamayo. Orlando, esta muy cerca de la muerte, desde hace dos meses está en huelga de hambre en protesta por los abusos cometidos contra su cuerpo enfermo, débil, maltratado y falto de atención médica. A esa madre le niegan el sagrado derecho de compartir con su hijo el último aliento de la vida. Las palabras eran desgarradoras, y el tono doloroso pero no perdía la fuerza dada por su derecho de madre, de mujer cubana, de ciudadana de aquella tierra la cual es también de ella.

“¡Tengo que dar de beber agua a mi hijo moribundo!” Y los esbirros cerraban los oídos y apretaban más las rejas para que el hijo muriera sin la última gota de agua aliviando su garganta silenciada por la falta del líquido necesario.

Orlando se encuentra en la cárcel cubana desde el año 2003. Su delito es el mismo de todos los cubanos negados a partir de su pedazo de Cuba. Quiere libertad para su país y para sus hermanos. No quiere el oro de otros caminos, no quiere la libertad ofrecida en una tierra prestada. Quiere vivir abrazado al sacrificio de rehacer la patria envejecida y destrozada, pero viva y reclamando nuestro abrazo y nuestra presencia. Este hombre quiere vivir abrazando a sus seres queridos en tierra propia bajo la luz de sus estrellas, disfrutando del sagrado derecho recibido al nacer como un regalo de Dios, usando sus fuerzas para fabricar la patria nueva.

Hay muchos hermanos con sus mismos sueños compartiendo la oscuridad de las celdas y el golpe de los mismos carceleros. Algunos han muerto otros han podido continuar tratando de encontrar esa mirada piadosa de los hombres libres para llegar algún día al encuentro con el sueño.

La maldad del régimen y de sus seguidores me hace triste y me lleva a pensar en que no hay cura para un dolor tan largo, pero como siempre puedo encontrar la luz cuando mi nube me lleva por los caminos aún existentes de la esperanza, y encuentro casi sin esperarlo la respuesta a todas las preguntas. Sí, sí vamos a volver, sí, sí vamos a continuar el sueño, Sí, sí se abrirán las rejas de las celdas para que todos nuestros presos puedan regresar al mundo tan soñado. Sí, en Cuba existen hombres y mujeres buscando la libertad de todos. Son pocos, pero con esos pocos se ganará la guerra de la dignidad y del amor a un hermano.

Allá, en la calle, en las escaleras de la cárcel, junto a la madre triste pero fuerte se podían escuchar las voces de una veintena de hombres llegados desde la provincia oriental, apoyando a Reina Rosa Tamayo, elevando sus voces a favor de Orlando, pidiendo libertad, reclamando justicia. Por supuesto, las amenazas no demoraron en salir de las bocas de los esbirros. ¡Los vamos a deportar! ¡Fuera, fuera o irán para la cárcel!

Lo soportaron todo y también en algunos momentos tuvieron que correr para huir de algunos peligros, pero Orlando pudo recibir de manos de su madre aquella agua tan necesaria a su organismo.

Recibo la tristeza de saber que en mi tierra hay hombres esclavos deseando volver los ojos a la libertad y a la vida. Estoy contenta, muy contenta porque todavía hay hombres en Cuba abriendo sus bocas para matar el miedo de callar y abrir el corazón a un hombre moribundo y a una madre valiente, decidida a luchar por la vida de su hijo. Las noticias de hoy informaban la presencia del grupo todavía haciendo sus protestas. También informan de las palizas y de la persecución continuada, pero la protesta no se pudo detener porque las voces continuaron pidiendo libertad, reclamando justicia.

La vida de todos estos hombres y mujeres del presidio político de Cuba, están llenas de palabras y de actos de novelas para aquellos sin conocimiento de la verdad, para nosotros el dolor, las lágrimas y los sacrificios de ellos son la Historia. No podemos olvidarlos y será nuestro deber enseñar a las generaciones libres del futuro, sus vidas.

¡Abajo la tiranía!

lunes, 8 de febrero de 2010

LO QUE HACE UNA DICTADURA MILITAR A LOS PRESOS POLÍTICOS NO TIENE PERDÓN. LA HISTORIA DIRÁ LA ÚLTIMA PALABRA.

Vídeo del velorio y entierro de Gloria Amaya González: Link abajo:

http://www.vimeo.com/9237770


Ariel Sigler Amaya nació el 11 de febrero de 1962. Fue arrestado la última vez en marzo de 2003 y condenado a 20 años de privación de libertad como parte de una oleada represiva conocida como la Primavera Negra. Preside el Movimiento Opción Alternativa y es natural del poblado de Pedro Betancourt en Matanzas. En las fotos (abajo) se nota la depauperación física de este prisionero político debido a las precarias condiciones en las celdas de castigo, huelgas de hambre y golpizas recibidas por los esbirros de la dictadura castrista. Un fiel ejemplo de cómo intentan destruir la vida de un ser humano por el simple hecho de pensar diferente. ¡Luchemos por la vida de este hermano y por todos aquellos que se enfrentan al régimen de forma valerosa! ¡No podemos dejar de denunciar todas estas arbitrariedades y asesinatos lentos y premeditados!


Ariel Sigler Amaya, antes y después de su encarcelamiento.

jueves, 4 de febrero de 2010

INEVITABLES INQUIETUDES -TOMADO DE CUBAMAINFO.

Por Ernesto Díaz-Rodríguez

El grupo cubano Los Van Van tocando en el James L Knight center de Miami
Para la inmensa mayoría de ese conglomerado de cubanos que integran el llamado Exilio Histórico, y para quienes habiendo llegado a tierras de libertad en años recientes tienen una conciencia clara de lo que significa un verdadero exiliado político, la visita de Los Van Van no los movió a tomar parte de la pachanga de Juan Formell en el James L. Center de Miami, el pasado 31 de enero. Es evidente que por encima de todo impulso festivo para estos dignos cubanos están su orgullo y sus principios. Y están vigentes, porque en Cuba nada ha cambiado, las razones que motivó su destierro. Son, para decirlo con palabras sencillas, personas que guardan respeto y consideración por los que en holocausto ejemplarizante de hidalguía regaron con su sangre en la tierra cautiva la semilla de la libertad. Y son, junto a este complemento de amor y gratitud, personas que al mostrarnos en honrosa actitud que sienten respeto por sí mismos, nos mueven a que también sintamos respeto por ellos.

Pero la ingratitud es común de los pueblos. Por esa razón, para esa otra parte del exilio inconsciente, que no inspiran respeto sino un poco de lástima, para los que salieron de la Isla por la triste aventura de garantizarse un pitusa de marca, y ganarse el derecho de regresar un año más tarde a la tierra que le arrebataron en condición de “turistas”, la presencia de Los Van Van en Miami fue un acontecimiento feliz. La exaltación de su sangre rumbera fue irresistible tentación para sus liberales mentes.

No hay duda de que este es un reflejo del llamado “hombre nuevo” forjado a base de consignas en los laboratorios de los hermanos Castro. Un reflejo de cómo se ha torcido la conciencia en esa parte de la población cubana que ha enarbolado por años y años la bandera de la doble moralidad. Nada más lejos de la honradez, ni más despreciable, es el servilismo. Nada más lejos del pensamiento y de la doctrina de José Martí, quien sabiamente proclamó: “El hombre que no dice lo que piensa no es un hombre honrado”. Y ese es uno de los más importantes retos que se nos presenta para la Cuba del mañana. Conseguir que esa parte de la población se reencuentre a sí misma y se encauce por los caminos de la dignidad humana, es probable que no sea tarea fácil.

Estas son inevitables inquietudes que ha traído a mi mente el controversial espectáculo musical presentado en la ciudad de Miami por el Sr. Juan Formell y su afamada orquesta Los Van Van. Son estas mis reflexiones ante la dolorosa realidad de esa parte del exilio festivo, que aunque físicamente integran la diáspora cubana, espiritualmente, aunque son parte de la tragedia de una infeliz nación, tatuada de cárceles y campos de concentración, de miserias y náufragos, continúan hincados de rodillas ante la tiranía. Para ellos la música cómplice de la dictadura no es vergüenza que asfixia, ni oscura fantasía: es simplemente oxígeno, alimento vital para sus almas frágiles.

Ernesto Díaz-Rodríguez es Secretario General de Alpha 66 y Vicepresidente de Unidad Cubana. Ex – prisionero político, poeta y escritor. Pasó más de 20 años en las prisiones castristas.

lunes, 1 de febrero de 2010

PROTESTA EN MIAMI CONTRA LOS VAN VAN.

La orquesta Los Van Van tocó en Miami, el sueño dorado de Juan Formell es estar aquí para llevar a sus bolsillos los dólares imperiales. Para eso ha tenido que arrastrarse como una serpiente y decir cosas que, a lo mejor, ni siente, pero al decirlas lo hace cómplice de una tiranía que ha fusilado a mansalva, que golpea a la oposición, que encarcela injustamente, que realiza actos de repudio contra mujeres indefensas. Vamos, Formell, tu ideología fracasada ya la conozco. Viví en el monstruo y conozco gentes como tú que son capaces de llevar a prisión a su propia madre por tal de sobrevivir en ese mundo absurdo que es el comunismo ese que arrastra toda esa mierda que te fue a ver. No es la nostalgia la que los llevó a verte, es la indiferencia, la apatía y la complicidad con ese régimen que tú y tu orquesta apoyan de manera incondicional. ¡Qué asco!

Valla confeccionada para la protesta contra la orquesta castrista Los Van Van


Carlos Goicolea preparando condiciones para sacar la valla hacia la manifestación contra la orquesta castrista Los Van Van.

Con Vicente Díaz y Cary Roque en los preparativos para salir con la caravana.

Con mi cartel invitando a los castristas a tomar: Port Culloug, el vino del Exilio.
Joel Riverón, Sergio Llanes y los hermanos hondureños
Grupo de amigos y opositores al regimen: María J. Estévez, Bárbara Estévez, José Eduardo Estévez, Migdalia Rosado, Orlando Pedrera, entre otros.
Elementos de Miami que entraban a bailar con su orquesta castrista, sin importarle los presos políticos, los fusilados, la oposición pateada en las calles y la situación general del pueblo cubano. El "apolítico" de Juan Formell con sus declaraciones a favor de la dictadura todavía atrae a éstos que nada les interesa a bailar salsa con sangre.
Mario Vallejo entrevistando a Orlando Pedrera, quien perteneciera a la agrupación opositora, Unión Cívica Nacional cuando se encontraba en la isla.

Hermanos hondureños que apoyaron la manifestación contra la orquesta castrista Los Van Van (matrimonio a la derecha).

DE QUE VAN, VAN.

Publicado el domingo 31 de enero del 2010
By PAQUITO D'RIVERA

Aprincipio de los ochentas, acabadito de llegar a Nueva York, una amiga me contó que los judíos rusos protestaron en grande contra la presentación del Ballet Bolshoi en Lincoln Center. Le prendieron fuego a unos tanques de basura, y durante la función soltaron un montón de guayabitos que aterrorizaron a las señoras copetudas que asistían al Ballet asiduamente. ¡El arte no tiene que ver con la política!, argumentaban las ocambas balletómanas, cuyas familias --ni ellas, obviamente-- habían sufrido jamás el Gulag en que se congelaban miles de disidentes soviéticos, mientras ellas disfrutaban del arte danzario a miles de millas de distancia.

Otro bateo similar dieron los refugiados chinos, cuando el viejo Bush declaró la tierra de Mao ``nación más favorecida'', y como a los artistas siempre los usan de tropa de choque, mandaron por delante a la Opera de Pekín al Kennedy Center de Washington. Los jerarcas chinos son represivísimos, y por eso mismo, y por segunda vez en menos de un año, acabo de declinar una jugosa oferta de conciertos auspiciada por la Audi en Pekín. Escaparme de una jaula para meterme en otra sería poco consecuente, me parece a mí.

En 1985, Bob Dylan, Bono, Ringo Starr, Bruce Springsteen y otras luminarias del pop se reunieron para grabar el video Ain't Gonna Play Sun City (No tocaré en la Ciudad del Sol), una especie de canción protesta contra el apartheid, que exhortaba a negarse a tocar en aquella zona de casinos en Sudáfrica. Una gran mayoría de los músicos internacionalmente reconocidos se mantuvieron fuera de ese país. Frank Sinatra se atrevió a cantar en Sun City y las críticas le llovieron por todos lados.

En ese tiempo, Paul Simon tuvo también la infausta idea de volar a Johannesburgo, y dicen que a su regreso, un grupo de estos artistas y sus fans le dieron un tremendísimo ``mitin de repudio'' en el aeropuerto al autor de Bridge Over Troubled Water. Y eso que el pobre tipo se fue a tocar con Ladysmith Black Mambazo y un piquete de músicos negros disidentes a Soweto, que si se mete en la zona de los blanquitos billetosos de Sun City, capaz que lo arrastren por todo Manhattan. Y yo los entiendo, pues en su momento, aquellas fueron maneras de rebelarse contra tanta injusticia, lo mismo para la izquierda que pa' la derecha.

Esta vez, después de 10 años de ausencia (pero no de olvido), Juan Formell y sus Van Van se presentan en Miami, y los exiliados, como es de esperarse, ya les tienen preparado su showcito multitudinario en la entrada del James L. Knight Center.

Una década atrás, Roger Hernández, brillante periodista del New York Post, comentó: Ain't Gonna Play Sun City no derrumbó sólo al régimen racista en Sudáfrica, pero la canción complementaba la iniciativa de la ONU de prevenir todo tipo de acercamiento cultural, académico, deportivo, comercial o diplomático con el país africano. Esta campaña internacional de aislamiento fue el arma más potente al servicio de Nelson Mandela, y la medida ayudó muchísimo en acabar con el apartheid. Pero por alguna razón, el mismo principio no se aplica cuando se trata de la Cuba de Castro. La ONU quiere que el embargo sea levantado y los rockeros no se juntan para demandar el fin del abuso contra los derechos humanos cometidos sistemáticamente por el gobierno cubano. Los americanos amantes de la música no vacilan en apoyar entusiastamente a Los Van Van, una banda que, en más de 30 años de existencia, no ha tenido nada malo que decir acerca de un gobierno que desde 1959 ha aplastado todo tipo de libertades. Y cuando los cubanoamericanos protestan su presencia en sus predios, estos no son vistos como gente peleando por la libertad de su tierra natal, sino como una banda de trogloditas de extrema derecha a favor de la censura.

Yo me alegro de no estar allí, Juanito, ni dentro ni fuera, pero como te estimo, me acongoja tu caso, pues tanto la valentía y la libertad como la complicidad y el disimulo tienen sus precios; y de que los exiliados van a recordarte esos altísimos precios no lo dudes, porque todo parece indicar que esos sí que de que van, van.

Músico cubano exiliado.