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JOSE MARTI.

lunes, 22 de febrero de 2010

CARTA ABIERTA A MARIA ELVIRA SALAZAR. POR: MARIA LUISA MORALES

22 de Febrero del 2010

Carta abierta a María Elvira Salazar
Por María Luisa Morales
Periodista y Locutora Cubana
Exiliada

Me refiero al programa donde presentaste a Uberto Mario, ex-agente (?) de la Seguridad del Estado Cubana y a Miguel Saavedra, Presidente de la Organización anti-castrista Vigilia Mambisa.

Terminaste el segmento con las manitas cruzadas sobre el pecho, pidiendo perdón a los hermanos latinoamericanos por el bochornoso espectáculo protagonizado por dos cubanos, que casi se van a las manos por tener diferentes estrategias para lograr la libertad de Cuba.

Aún tratándose de agresividad, suena bonito y hasta edificante. Lo cierto es que equivocaste los destinatarios de tu mística petición. Perdón tenías que haberle pedido a la comunidad cubana en el exilio, a los cubanos de la Isla y a los hermanos venezolanos que asiduamente visitan tu plató para denunciar su tragedia.

A la comunidad cubana anti-castrista, por faltarle al respeto a los que como yo, formamos parte de lo que algunos llaman despectivamente “el coro”, personas dignas que llevamos a Cuba en el corazón y hacemos lo poco que nos es permitido en esta ciudad para demostrar nuestra repulsa a todo lo que beneficie al tirano, sin dañar a nadie y haciendo uso de nuestro derecho a la libre expresión.

A los cubanos de la Isla, por enfrentar la intransigencia honesta con la asquerosa ignominia. Porque no se trató de un debate ideológico, la ideología cubana es, exclusivamente, el terror impuesto por los Castro y por ende, referirse a Cuba como un país normal, es una falacia

Cuántas familias cubanas sufren aún por las delaciones de un chivato que perseguía a los médicos que querían saltar a la libertad, aprovechando su estancia en Venezuela? Profesionales que, en Cuba, tienen que esperar cinco (5) largos años para poder solicitar un permiso de salida del país donde nacieron. Permiso que les es negado en muchas ocasiones, aún después de haber cumplido con ese requisito cruel impuesto por Fidel Castro.
Lo mismo hacía este impresentable con los deportistas. A cuántos privó de la oportunidad de realizar sus sueños de libertad profesional? A cuántos habrán sancionados por sus “informes” al alto mando del baseball cubano liderado por el Antonio Castro, vástago de la bestia?

A los hermanos venezolanos, por brindarle espacio en tu set a quien con regodeo, disfrute y total desfachatez, narra las atrocidades cometidas con sus cómplices chavistas, sus “recholatas” de alcohol y comilatas; los burdos trapicheos con las boletas que le dieron la victoria a Chávez en las elecciones; la creación de centros de adoctrinamiento castristas, en plena vigencia en las ciudades y pueblos de Venezuela. Te exhorto a que pases los videos de los programas donde todo lo que narro se corrobora y donde se aprecia, también, en sus rostros, el aborrecimiento de los panelistas venezolanos ante tu invitado estrella.

El Contrincante Saavedra, que bien pudiera ser un García, un Rodríguez o un Pérez, y “su coro”, jamás han agredido físicamente a alguien y todas sus protestas han tenido el permiso exigido por las autoridades correspondientes. Sus detractores esgrimen siempre el mismo argumento: El daño de la imagen del exilio ante la Comunidad Internacional y el que se les compare con las turbas castristas. De verdad, y como dicen los gaitos, hay que tener mala leche.

Pregunto: A qué Comunidad Internacional se refieren? A la invidente, a la muda, a la sorda ante los crímenes horribles del régimen de La Habana por más de medio siglo? A la que no se inmuta ante las constantes denuncias de las violaciones de los derechos humanos en Cuba, ni ante mujeres indefensas arrastradas por las calles por pedir libertad para sus hombres, presos injustamente y muriendo en celdas inmundas? A la que no protesta ante la UNICEF porque los niños cubanos nazcan y crezcan con una talla menor a la media de sus edades por la desnutrición que padecen ellos y sus madres? A la que no se espanta al saber que 12 millones de cubanos viven desde hace más de 51 años bajo el tormento de un miedo que paraliza su desempeño humano, en pleno siglo XXI? La que no se hala de los pelos al saber que tener Internet y antenas de TV son figuras delictivas en Cuba? Esa Comunidad Internacional no merece para mi respeto alguno, al contrario, mi mayor desprecio.

Por otra parte, comparar la destrucción de discos de música, propios, y gritar nuestro desacuerdo con la presencia de artistas que apoyan al régimen que destruyó mi país, con las brigadas de respuesta rápida que golpean a hombres y mujeres indefensos, rompen con cabillas los huesos y las cabezas de aquéllos que se “atreven” a tirar flores al mar en memoria de los inocentes, incluyendo bebitos, hundidos por buscar libertad, es una canallada.

Definitivamente, equivocaste el destinatario, María Elvira, son otros los dolientes. Como se equivocó también, con tu anuencia, el señor Carlos Alberto Montaner, al convalidar el “patriotismo” de Uberto Mario y sus cualidades como mesero, a modo de un muy mal chiste. Comparar a quien se jacta e identifica frívolamente como perteneciente a la generación de los Van Van y de los Beatles, a quién “amenaza” con asistir a cuanta representación artística de la Cuba esclava se presente en Miami, en estos momentos aciagos que vive la Patria, a quien agrede e insulta a un hombre humilde y sano que ha dedicado su vida entera a luchar por Cuba con los medios a su alcance, es una bajeza inmunda que deja mucho que desear de un intelectual de altura, devenido consejero espiritual con estampa de sacerdote romano mediador en causas irreconciliables.

En cuanto al “íntegro” empresario Felipe Valls, una desagradable anécdota personal. Protestaba yo contra el concierto de Juanes en La Habana, parada en la acera de la farmacia Luis, frente a los piqueteros traídos en ómnibus y “depositados” en el parqueo del restaurante Versailles. Nos proferían todos los insultos que no publican los órganos de prensa ni los presentadores de radio y televisión, detractores de Saavedra.

En un momento dado, se acerca al grupo el Sr, Valls, acompañado de tres agentes de policía de la Ciudad de Miami y, no sé si por ser la de mayor estatura o las más gritona, se dirige a mi para exigir que nos marcháramos. Le respondí que no, que estábamos situados en espacio libre, que sacara a los intrusos del parqueo de su negocio. El dialogo subió de tono de voz, en ningún momento hubo agresividad pero, aún así, uno de los agentes amenazó con llevarme presa. Le pregunté el por qué y le presente mis manos juntas, listas para las esposas. La airada protesta de “mis compañeros de lucha”, alejo al empresario y sus acólitos. Para nada molestó a los que impedían el acceso a su restaurante, centro de trabajo del íntimo de los de La Guardia, antiguos asiduos del lugar, y del General Arnaldo Ochoa, Héroe de la República de Cuba. Fusilado en 1989.

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