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"ARTE SOY ENTRE LAS ARTES. Y EN LOS MONTES, MONTE SOY"
JOSE MARTI.

martes, 9 de febrero de 2010

ORLANDO ZAPATA TAMAYO (TOMADO DEL DIARIO LAS AMÉRICAS)

Por Rogelia Castellón

Sueños y libertad son derechos adquiridos al nacer. En ese momento de recibir el primer aliento de la vida, somos libres para soñar, para mirar hacia el camino del hombre con palabras, para vivir. Yo como cualquiera de los luchadores por la libertad, hace tiempo tengo un sueño, el de volver a mi tierra y al pasado que la hizo grande y poseída por todos sus hijos.

En mi país la pena de haber perdido derechos, familias y vidas, nos ha llevado por caminos distintos hasta convertirnos en dos clases de cubanos. Unos soñamos con volver otros con partir. A veces, nos detenemos en un punto capaz de recibirnos y de darnos nuevas ilusiones. Cuando los hombres y mujeres de estos grupos llegamos al mismo punto, nos miramos, los ojos se encuentran y las palabras tiemblan. ¿En dónde está la verdad? Somos dos mundos ayer y hoy. ¿Volverán a encontrarse nuestras manos? ¿Pueden dejar de ser miedo aquel recuerdo de ayer y la verdad de hoy gobernando la vida del cubano actual sin resignación para continuar la vida de esclavo?

El dolor en la vida de las madres cubanas no se alivia. Cuando escuchamos ese grito que rompe corazones de la mujer cuyo hijo muere en las manos de los esbirros del tirano no podemos detener nuestras lágrimas, nos penetra la misma pena y comprendemos que aún estamos en medio de la tormenta roja llegada a Cuba con el castrismo. Comprendemos la verdad, todavía el cubano lleva cadenas.

Ayer escuché por la radio del exilio la voz de una mujer desesperada. Era el reclamo de una mujer cubana, la señora Reina Rosa Tamayo madre de Orlando Zapata Tamayo. Orlando, esta muy cerca de la muerte, desde hace dos meses está en huelga de hambre en protesta por los abusos cometidos contra su cuerpo enfermo, débil, maltratado y falto de atención médica. A esa madre le niegan el sagrado derecho de compartir con su hijo el último aliento de la vida. Las palabras eran desgarradoras, y el tono doloroso pero no perdía la fuerza dada por su derecho de madre, de mujer cubana, de ciudadana de aquella tierra la cual es también de ella.

“¡Tengo que dar de beber agua a mi hijo moribundo!” Y los esbirros cerraban los oídos y apretaban más las rejas para que el hijo muriera sin la última gota de agua aliviando su garganta silenciada por la falta del líquido necesario.

Orlando se encuentra en la cárcel cubana desde el año 2003. Su delito es el mismo de todos los cubanos negados a partir de su pedazo de Cuba. Quiere libertad para su país y para sus hermanos. No quiere el oro de otros caminos, no quiere la libertad ofrecida en una tierra prestada. Quiere vivir abrazado al sacrificio de rehacer la patria envejecida y destrozada, pero viva y reclamando nuestro abrazo y nuestra presencia. Este hombre quiere vivir abrazando a sus seres queridos en tierra propia bajo la luz de sus estrellas, disfrutando del sagrado derecho recibido al nacer como un regalo de Dios, usando sus fuerzas para fabricar la patria nueva.

Hay muchos hermanos con sus mismos sueños compartiendo la oscuridad de las celdas y el golpe de los mismos carceleros. Algunos han muerto otros han podido continuar tratando de encontrar esa mirada piadosa de los hombres libres para llegar algún día al encuentro con el sueño.

La maldad del régimen y de sus seguidores me hace triste y me lleva a pensar en que no hay cura para un dolor tan largo, pero como siempre puedo encontrar la luz cuando mi nube me lleva por los caminos aún existentes de la esperanza, y encuentro casi sin esperarlo la respuesta a todas las preguntas. Sí, sí vamos a volver, sí, sí vamos a continuar el sueño, Sí, sí se abrirán las rejas de las celdas para que todos nuestros presos puedan regresar al mundo tan soñado. Sí, en Cuba existen hombres y mujeres buscando la libertad de todos. Son pocos, pero con esos pocos se ganará la guerra de la dignidad y del amor a un hermano.

Allá, en la calle, en las escaleras de la cárcel, junto a la madre triste pero fuerte se podían escuchar las voces de una veintena de hombres llegados desde la provincia oriental, apoyando a Reina Rosa Tamayo, elevando sus voces a favor de Orlando, pidiendo libertad, reclamando justicia. Por supuesto, las amenazas no demoraron en salir de las bocas de los esbirros. ¡Los vamos a deportar! ¡Fuera, fuera o irán para la cárcel!

Lo soportaron todo y también en algunos momentos tuvieron que correr para huir de algunos peligros, pero Orlando pudo recibir de manos de su madre aquella agua tan necesaria a su organismo.

Recibo la tristeza de saber que en mi tierra hay hombres esclavos deseando volver los ojos a la libertad y a la vida. Estoy contenta, muy contenta porque todavía hay hombres en Cuba abriendo sus bocas para matar el miedo de callar y abrir el corazón a un hombre moribundo y a una madre valiente, decidida a luchar por la vida de su hijo. Las noticias de hoy informaban la presencia del grupo todavía haciendo sus protestas. También informan de las palizas y de la persecución continuada, pero la protesta no se pudo detener porque las voces continuaron pidiendo libertad, reclamando justicia.

La vida de todos estos hombres y mujeres del presidio político de Cuba, están llenas de palabras y de actos de novelas para aquellos sin conocimiento de la verdad, para nosotros el dolor, las lágrimas y los sacrificios de ellos son la Historia. No podemos olvidarlos y será nuestro deber enseñar a las generaciones libres del futuro, sus vidas.

¡Abajo la tiranía!

4 comentarios:

Reinerio Ramirez Pereira dijo...

Con dolor he seguido las noticias sobre Orlando , cubano digno y encarnacion del espiritu indomable de Boitel .Iliana , estos son los hombres que necesita Cuba ; antes la generacion del 60 masacrada , hoy 50 annos despues la dictadura sigue asesinando impunemente lo mejor del pueblo cubano .Desgraciadamente Cuba esta secuestrada por un psicopata .
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Retrato de cuerpo entero de Fidel Castro .

http://teimagino.com/la-mente-del-psicopata-documentales/

Jorge Luis Llanes Naranjo dijo...

Yo no quiero que muera!!!!!!!!
Sobre todo no quiero que muera inutilmente bajo los ojos impasibles de una oposicion y un exilio cubano que no acaban de unirse para arrancar ese mal de raiz.
Somos un pueblo, somos una fuerza capaz de lanzarnos a la calle en cuba, en los consulados extranjeros y exigir la renuncia del dictador sin embargo........
seguimos impasibles y no pasa nada.

Hoy vi el video de esa pobre madre, y en medio de la tristeza no pude mas que admirar su valor.


Jorge Luis Llanes Naranjo

aserecubano dijo...

A Orlando Zapata le han impuesto una serie de condenas desproporcionadas por el único hecho de pronunciarse abiertamente en su criterio (gritar ABAJO FIDEL) delante de militares y esbirros al servicio de la dictadura, el día de mañana en una Cuba libre habría que tomarse muy en serio que jueces,abogados y fiscales podrían continuar ejerciendo su oficio y a cuales seria muy recomendado devolverles las crueles condenas que otorgaron en juicios amañados para satisfacer las ansias de sangre y odio que les reclama el dictador sistemáticamente, para poder seguir ejerciendo el crimen en forma de ley.

Iliana Curra dijo...

Algún dia pagarán todo lo que hacen.