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"ARTE SOY ENTRE LAS ARTES. Y EN LOS MONTES, MONTE SOY"
JOSE MARTI.

miércoles, 27 de octubre de 2010

MUERE EX PRESIDENTE NÉSTOR KIRCHNER

Acaba de salir la noticia que murió el ex presidente de Argentina, Néstor Kirchner, un aliado incondicional del vejete de La Habana, al igual que su ahora viuda, Cristina Fernández. ¿Podrá descansar en paz? Lo dudo. ¡Ñooo, se jodió el bizco!

AF BUENOS AIRES

El ex presidente Néstor Kirchner murió este miércoles, dijeron las cadenas de televisión C5N y TodoNoticias. Tenía 60 años.

Kirchner, esposo de la actual presidenta Cristina Fernández, había sido internado de urgencia poco antes en un hospital de la ciudad de El Calafate, en la provincia austral de Santa Cruz, donde solía descansar.

Según las cadenas de televisión, Kirchner falleció por una afección cardíaca.
El ex mandatario era al momento de su muerte secretario general de la Unión de Repúblicas Suramericanas.

8 comentarios:

asere cubano dijo...

Coño esto no es fácil, le tocaba a la bestia de Birán y viene este ojos locos y se mete delante, jajaja, la madre del próximo que se le cuele en la cola del mas allá al coma_andante.
Respeten la cola.

Iliana Curra dijo...

Es que parece que viven en Cuba donde todo el mundo se cuela. ¡Qué cosa! Hay que organizarse...por favor.

Iliana Curra dijo...

¡Qué cosa, eh! Encontré la foto más tierna de estos dos personajes y la gente no dice nada...

Fantomas dijo...

La revista argentina Noticias publica este viernes un relato de como vivió Cristina Kirchner el momento de la muerte de su esposo Néstor. El diario Perfil publica un extracto del mismo.
Cristina Fernández llora desconsolada. En el shockroom del Hospital Municial José Formenti, en El Calafate, le acababan de confirmar la peor noticia de su vida: que Néstor Kirchner, su marido, su compañero de toda la vida y su mentor político, está muerto. “No puede ser, no me dejes, por favor, no me dejes”, grita desesperada y entre lágrimas, mientras le sujeta las manos en los segundos finales.

Durante el terrible desenlace la escoltan desconsolados sus secretarios privados, Isidro Bounine y Pablo Barreiro. Ellos fueron, junto a Cristina, los testigos directos del primer infarto de Kirchner pocos minutos antes de las 8 de la mañana dentro de la residencia presidencial en El Calafate, el miércoles 27.

Dentro de la sala ya estaba Lázaro Báez, que logró contener a la Presidenta que no paraba de gritar. El empresario, señalado por la oposición como el testaferro de Kirchner, además de su amigo personal, también se quebró: “Estoy destrozado, lo quería como a un hermano”, llegó a murmurar.

Los 16 médicos que lo atendieron durante los últimos minutos se quedaron en silencio. Desde las 9.15, hora en que se dictaminó su muerte, hasta las 9.50, cuando Cristina decidió que llevaran el cuerpo del ex presidente hasta su casa en El Calafate en una ambulancia custodiada por seis camionetas (vea imágenes) de la seguridad presidencial, se vivieron momentos dramáticos. Las puertas vaivén de la sala de urgencias se abrían y cerraban con violencia. Los médicos salían y daban órdenes al aire. Cristina lloraba sin parar sentada en la guardia con vista a la calle de Julio Roca.

Afuera del hospital, la custodia también desesperaba. “No pueden sacar fotos, se van a 200 metros de acá y no rompan las pelotas”, gritó un custodio a Noticias, que nunca intentó tomar fotos dentro del hospital. Una camioneta salió a las apuradas y le destrozó la puerta a un Chevrolet Corsa rojo que estaba estacionado frente al lugar. Reinaba el caos.

Fantomas dijo...

La revista argentina Noticias publica este viernes un relato de como vivió Cristina Kirchner el momento de la muerte de su esposo Néstor. El diario Perfil publica un extracto del mismo.
Cristina Fernández llora desconsolada. En el shockroom del Hospital Municial José Formenti, en El Calafate, le acababan de confirmar la peor noticia de su vida: que Néstor Kirchner, su marido, su compañero de toda la vida y su mentor político, está muerto. “No puede ser, no me dejes, por favor, no me dejes”, grita desesperada y entre lágrimas, mientras le sujeta las manos en los segundos finales.

Durante el terrible desenlace la escoltan desconsolados sus secretarios privados, Isidro Bounine y Pablo Barreiro. Ellos fueron, junto a Cristina, los testigos directos del primer infarto de Kirchner pocos minutos antes de las 8 de la mañana dentro de la residencia presidencial en El Calafate, el miércoles 27.

Dentro de la sala ya estaba Lázaro Báez, que logró contener a la Presidenta que no paraba de gritar. El empresario, señalado por la oposición como el testaferro de Kirchner, además de su amigo personal, también se quebró: “Estoy destrozado, lo quería como a un hermano”, llegó a murmurar.

Los 16 médicos que lo atendieron durante los últimos minutos se quedaron en silencio. Desde las 9.15, hora en que se dictaminó su muerte, hasta las 9.50, cuando Cristina decidió que llevaran el cuerpo del ex presidente hasta su casa en El Calafate en una ambulancia custodiada por seis camionetas (vea imágenes) de la seguridad presidencial, se vivieron momentos dramáticos. Las puertas vaivén de la sala de urgencias se abrían y cerraban con violencia. Los médicos salían y daban órdenes al aire. Cristina lloraba sin parar sentada en la guardia con vista a la calle de Julio Roca.

Afuera del hospital, la custodia también desesperaba. “No pueden sacar fotos, se van a 200 metros de acá y no rompan las pelotas”, gritó un custodio a Noticias, que nunca intentó tomar fotos dentro del hospital. Una camioneta salió a las apuradas y le destrozó la puerta a un Chevrolet Corsa rojo que estaba estacionado frente al lugar. Reinaba el caos.

Anónimo dijo...

La revista argentina Noticias publica este viernes un relato de como vivió Cristina Kirchner el momento de la muerte de su esposo Néstor. El diario Perfil publica un extracto del mismo.
Cristina Fernández llora desconsolada. En el shockroom del Hospital Municial José Formenti, en El Calafate, le acababan de confirmar la peor noticia de su vida: que Néstor Kirchner, su marido, su compañero de toda la vida y su mentor político, está muerto. “No puede ser, no me dejes, por favor, no me dejes”, grita desesperada y entre lágrimas, mientras le sujeta las manos en los segundos finales.

Durante el terrible desenlace la escoltan desconsolados sus secretarios privados, Isidro Bounine y Pablo Barreiro. Ellos fueron, junto a Cristina, los testigos directos del primer infarto de Kirchner pocos minutos antes de las 8 de la mañana dentro de la residencia presidencial en El Calafate, el miércoles 27.

Dentro de la sala ya estaba Lázaro Báez, que logró contener a la Presidenta que no paraba de gritar. El empresario, señalado por la oposición como el testaferro de Kirchner, además de su amigo personal, también se quebró: “Estoy destrozado, lo quería como a un hermano”, llegó a murmurar.

Los 16 médicos que lo atendieron durante los últimos minutos se quedaron en silencio. Desde las 9.15, hora en que se dictaminó su muerte, hasta las 9.50, cuando Cristina decidió que llevaran el cuerpo del ex presidente hasta su casa en El Calafate en una ambulancia custodiada por seis camionetas (vea imágenes) de la seguridad presidencial, se vivieron momentos dramáticos. Las puertas vaivén de la sala de urgencias se abrían y cerraban con violencia. Los médicos salían y daban órdenes al aire. Cristina lloraba sin parar sentada en la guardia con vista a la calle de Julio Roca.

Afuera del hospital, la custodia también desesperaba. “No pueden sacar fotos, se van a 200 metros de acá y no rompan las pelotas”, gritó un custodio a Noticias, que nunca intentó tomar fotos dentro del hospital. Una camioneta salió a las apuradas y le destrozó la puerta a un Chevrolet Corsa rojo que estaba estacionado frente al lugar. Reinaba el caos.

Anónimo dijo...

A mi me parese que el tipo le esta haciendo algo al coma andante en ese momento.

Anónimo dijo...

Y seguramente ustedes se hacen llamar creyentes, cristianos. Como es que Jesús llamó a la gente como ustedes? Sepulcros blanqueados?

Burlarse de la muerte de una persona no tiene nombre.

Sepulcros blanqueados.